Pizarra vs. computadores: depende de la aplicación
Oliver Falck & Ludger Woessmann
Este artículo fue traducido al español por Edwin Cuéllar.
¿Puede el uso de computadores en el salón de clase llevar el aprendizaje a un nuevo nivel? La aparición de métodos de enseñanza basados en computadores ha elevado las expectativas. ¿Aprenderá la próxima generación de nativos digitales mucho más rápido y mejor cuando la tecnología esté involucrada? La mayoría de los estudios previos han llegado a una respuesta sorprendente: No. La mayoría de los académicos encuentran poco o ningún efecto de los computadores en el salón de clase en el rendimiento de los estudiantes.
¿Pizarra vs. computadores?
¿Significa esto que la compra de costosos computadores para el aula es simplemente un desperdicio de dinero y debemos apegarnos a la pizarra y la tiza? La evidencia de nuestro propio estudio sugiere que la respuesta debe ser nuevamente: No. El problema aquí está en los detalles. Encontramos que la falta de efectos es el resultado del uso de computadores de diferentes maneras. Algunas son productivas mientras que otras no. La combinación entre el uso de computadores para actividades que son más productivas que los métodos de enseñanza tradicionales y el uso de computadores de maneras menos efectivas que las prácticas de enseñanza convencionales, conduce a efectos nulos, en general.
Nuestro análisis empírico utiliza información del Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMMS, por sus siglas en inglés). Nuestra muestra de la prueba TIMSS 2011 cubre el logro en matemáticas y ciencias de más de 150,000 estudiantes en 30 países en octavo grado y casi 250,000 estudiantes en 53 países en cuarto grado. En detallados cuestionarios de antecedentes, TIMSS estudia con qué frecuencia los profesores en cada materia hacen que sus estudiantes usen computadores en tres actividades distintas: buscar ideas e información; practicar habilidades y procedimientos; y (solo en octavo grado) procesar y analizar datos.
En línea con la mayoría de la literatura, no encontramos un efecto significativo del uso de computador en el rendimiento de los estudiantes en matemáticas y ciencias en promedio. Sin embargo, encontramos que este efecto nulo es en realidad el resultado de los efectos positivos y negativos de los usos específicos del computador: el rendimiento de los estudiantes se beneficia al usar computadores para buscar información, pero se afecta por el uso de computadores para practicar habilidades (y no se ve afectado por el uso de computadores para procesar datos).
Pizarra y computadores
El punto central de nuestro razonamiento es que hay costos de oportunidad de tiempo, lo que significa que cada minuto de clase solo se puede usar de una forma u otra. El tiempo dedicado al computador es tiempo que no está disponible para otros modos de enseñanza. Investigar información en Internet no tiene un equivalente en la enseñanza convencional que sea igualmente efectivo. En el contexto de una clase de geografía, por ejemplo, rebuscar en una enciclopedia es menos eficiente que usar un motor de búsqueda en línea para recopilar información detallada y actualizada. Por lo tanto, el uso de computadores en el aula para explorar información, de hecho, aumenta el aprendizaje de los estudiantes.
Sin embargo, la práctica de habilidades aparentemente se puede lograr de manera más eficiente aplicando métodos de enseñanza tradicionales. Resolver ecuaciones matemáticas bajo la guía del maestro, por ejemplo, aumentará la comprensión matemática de manera más eficiente que el uso de programas de práctica y ejercicios inflexibles. En este caso, el uso de computadores disminuirá el aprendizaje de los estudiantes.
Implicaciones políticas
Nuestros resultados también tienen implicaciones para la política. Recientemente ha habido un gran impulso en muchos países para llevar computadores a las aulas, lo que ha resultado en numerosas iniciativas que invierten grandes sumas de dinero en tecnología para los salones de clase. Según nuestros hallazgos, el éxito de estas iniciativas dependerá de los usos específicos que se les den a los computadores. Esto no solo implica invertir en el hardware apropiado, sino también desarrollar aplicaciones adecuadas.