PISA, brechas socioeconómicas, y políticas educativas
Louis Volante, Sylke V. Schnepf, John Jerrim y Don A. Klinger
Este artículo fue traducido al español por Ana María Mejía Rodríguez.
La OCDE ha conceptualizado tradicionalmente la “excelencia en la educación” destacando a los sistemas educativos que tienen un alto rendimiento y brechas insignificantes en el desempeño en PISA entre niños y niñas, inmigrantes y no inmigrantes, y estudiantes de grupos con alto y bajo nivel socioeconómico.
Nuestro reciente libro en Springer (2019) presenta investigación de líderes académicos sobre desigualdad socioeconómica y resultados educativos en Australia, Canadá, Inglaterra, Finlandia, Alemania, Italia, Países Bajos, España y Suecia. Cada perfil nacional proporciona una visión general de las trayectorias de los resultados de desempeño de los alumnos –en relación con PISA y, si se dispone de ellos, con datos administrativos nacionales– y analiza la eficacia de las respuestas políticas que se han adoptado para reducir las brechas de rendimiento entre estudiantes de alto y bajo nivel socioeconómico.
¿Por qué el nivel socioeconómico y el desempeño de los estudiantes es un tema importante?
Hay, por lo menos, tres razones por las cuales la relación entre el nivel socioeconómico y los resultados de los estudiantes es un asunto pertinente. La primera es la justicia social. Los niños no eligen su familia y/o nivel socioeconómico; por lo tanto, es «injusto» si las oportunidades de vida subsiguientes están determinadas en gran medida por un factor que está fuera del control de una persona. En segundo lugar, existe una desafortunada persistencia de la desigualdad. La educación puede servir como un motor para crear movilidad intergeneracional con el fin de corregir los problemas de persistencia (Goldthorpe, 2014); sin embargo, la falta de acceso de calidad puede servir para mantener o incluso aumentar estas desigualdades. En tercer lugar, en un mundo competitivo, es de vital importancia que los Estados-nación maximicen sus recursos humanos. Es poco probable que este sea el caso si los estudiantes de entornos pobres y desfavorecidos no logran alcanzar su pleno potencial académico.
¿Cuáles son las trayectorias de las desigualdades socioeconómicas?
Como lo han ilustrado los autores del capítulo, en la mayoría de los países, las desigualdades socioeconómicas se mantuvieron similares o incluso aumentaron, con la excepción de Alemania. Utilizando los datos más recientes de PISA 2015, los países reflejan brechas en el rendimiento escolar entre los estudiantes con niveles socioeconómicos más bajos y más altos de hasta uno o dos años de escolaridad. Esto sugiere la clara necesidad transnacional de una mayor implementación de políticas para combatir las desigualdades educativas.
¿Qué intervenciones de política están asociadas con la desigualdad socioeconómica?
Resumiendo los perfiles nacionales, las políticas educativas que influyen en las brechas socioeconómicas pueden clasificarse en tres dimensiones: tracking versus escolarización comprehensiva, autonomía escolar versus centralización, y currículo e instrucción.
La evidencia más convincente de una política que aumenta la brecha socioeconómica se encontró con el tracking. El tracking se refiere a la canalización de los estudiantes en diferentes programas escolares, con diferentes planes de estudios, objetivos de aprendizaje y trayectorias profesionales postsecundarias. El tracking se asocia generalmente con un rendimiento promedio nacional más bajo, así como con una mayor segregación social de las escuelas. Las políticas relacionadas con el uso del tracking tienen más probabilidades de aumentar las brechas de rendimiento. Sin embargo, también es evidente por los hallazgos del libro que la relación entre el tracking, la desigualdad socioeconómica y el desempeño de los estudiantes no es universal. Como han destacado varios de los autores del capítulo, las políticas exploradas de manera aislada de los contextos nacionales específicos o en combinación con otras políticas probablemente llevarán a conclusiones excesivamente simplificadas o inexactas.
Nuestro trabajo, que también se resume en un informe de política de la Comisión Europea, sugiere que la complejidad de los contextos nacionales dificulta la evaluación de las políticas educativas a nivel internacional. Por lo tanto, se debe tener cuidado al utilizar los resultados de PISA para promover en todo el mundo intervenciones específicas de políticas educativas.