El clima del error y su influencia en el rendimiento en matemática
Andrés Christiansen
El aprendizaje es un proceso activo que requiere que los estudiantes exploren y discutan sus propias opiniones y dudas [1]. Así, durante este proceso, es natural cometer errores. Sin embargo, equivocarse suele generar oportunidades de aprendizaje y otorga al docente pistas sobre el proceso cognitivo de sus alumnos.
Es habitual que los estudiantes sientan emociones negativas al equivocarse en una tarea o en un examen ya que pueden percibir esta situación como vergonzosa y amenazante para su autoconcepto. Las percepciones de los estudiantes sobre el tratamiento del error en el aula se denominan clima de error [2]. Por tanto, el clima de error se construye a través de las interacciones entre profesores y alumnos, y repercute en el comportamiento y las actitudes de estos últimos.
Cuando existe un clima de error positivo, se permite a los estudiantes cometer errores sin consecuencias graves; se les motiva a corregir el error y a comprender por su origen, utilizándolo como un elemento integral en el proceso de aprendizaje. Por el contrario, en un aula en la que existe un tratamiento punitivo del error, en la que se critica o humilla a los estudiantes, los inhibe de participar en situaciones académicas desafiantes [3].
Permitir el error puede crear actitudes positivas hacia la matemática
Un estudio reciente publicado por el Ministerio de Educación de Perú (2018) evaluó la relación entre el clima de error y las actitudes hacia las matemáticas y cómo esta relación influencia el rendimiento de los estudiantes en matemática.
En primer lugar, se evaluó por separado la relación entre el clima de error positivo y las actitudes positivas, así como la relación entre el clima de error negativo y las actitudes negativas. Se encontró que un clima de error positivo era capaz de explicar el 18,5% de la variabilidad de las actitudes positivas hacia las matemáticas. Por otro lado, un clima de error negativo explicaba el 30,3% de la variabilidad de las actitudes negativas hacia las matemáticas.
A continuación, en un modelo completo (Figura 1), se evaluó la relación entre estos constructos y su impacto en el rendimiento. Este modelo explica el 14,2% de la variabilidad del rendimiento en matemáticas entre los alumnos.

Como se puede observar en la Figura , existe una influencia significativa del clima de error sobre el rendimiento, mediada principalmente por las actitudes hacia las matemáticas, predominando el efecto de las actitudes negativas. Por lo tanto, es evidente que la forma en que el profesor maneja los errores dentro del aula promueve la moldea las actitudes de los estudiantes, lo que contribuye a la formación del autoconcepto del alumno, y finalmente impacta en el rendimiento [4] [5].
Por último, es importante señalar que estos efectos no cambian cuando se consideran otras covariables como el nivel socioeconómico, el idioma o la zona geográfica del colegio. Por lo tanto, la relación entre el clima de error, las actitudes y el rendimiento se mantiene constante independientemente de las condiciones sociales del alumno y es relevante para cualquier alumno o escuela.
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Andrés Christiansen
Andrés Christiansen is a PhD student at Katholieke Universiteit Leuven at the Centre of Educational Effectiveness and Evaluation. Andrés’ research focuses con educational effectiveness, socio-economic status and item response theory.